Tal era la magnificencia del aparato, que Muerte, en el fantástico caso de vivir, hubiese envidiado aquella herramienta. Aunque más hubiese deseado la mortalidad del rey que nunca se adentrará en sus ensueños.
Al final de la festividad, el Rey Inmortal pronunció lo que para algunos fue un insulto.
Sobre el palco, sus labios cansados de existencia enunciaron lo siguiente:
"Ameno es el sueño cuando uno desconoce, anestesiado en su suave tranquilidad, su furioso significado"
Fin